Ahora que los principales dirigentes del ámbito sanitario se disponen a reanudar de manera virtual la 73.ª Asamblea Mundial de la Salud, la OMS desea enviar tres mensajes.
Primero, podemos vencer a la COVID-19 con ciencia, soluciones y solidaridad.
Se han notificado más de 47 millones de casos de COVID-19 a la OMS, y más de 1,2 millones de personas han perdido la vida.
Aunque se trata de una crisis de alcance mundial, muchos países y ciudades han logrado prevenir o controlar la transmisión gracias a un enfoque integral y basado en datos científicos.
Por primera vez, el mundo se ha unido para impulsar un plan dirigido a acelerar el desarrollo de las vacunas, los medios de diagnóstico y los tratamientos que necesitamos, y para asegurar que todos los países puedan acceder a ellos en condiciones equitativas. El Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT) está dando resultados tangibles.
Segundo, no debemos dar ningún paso atrás en nuestros principales objetivos en materia de salud.
La pandemia de COVID-19 viene a recordarnos que la salud está en la base de la estabilidad social, económica y política.
Nos recuerda por qué son tan importantes las metas de los «tres mil millones» que se ha fijado la OMS, y por qué los países deben perseguirlos con todavía más determinación, colaboración e innovación.
Desde mayo, los Estados Miembros han adoptado una serie de decisiones: la Agenda de Inmunización 2030, el Decenio del Envejecimiento Saludable 2020-2030, así como diversas iniciativas para hacer frente al cáncer de cuello uterino, la tuberculosis, la atención oftálmica, la inocuidad de los alimentos, la propiedad intelectual y la preparación para la gripe.
En la reanudación se examinará un plan decenal para hacer frente a las enfermedades tropicales desatendidas, así como una serie de iniciativas relacionadas con la lucha contra la meningitis, la epilepsia y otros trastornos neurológicos; la nutrición de la madre, el lactante y el niño pequeño; la salud digital; y el Código de prácticas mundial de la OMS sobre contratación internacional de personal de salud, adoptado en 2010.
Tercero, debemos empezar a prepararnos ahora para la próxima pandemia.
A lo largo de este último año hemos visto que los países dotados de una sólida infraestructura de preparación para las emergencias sanitarias han podido actuar rápidamente para contener y controlar la propagación del SARS-CoV-2.
La Asamblea Mundial de la Salud examinará un proyecto de resolución (EB146.R10) dirigida a fortalecer la preparación de los Estados Miembros frente a las emergencias sanitarias, como la COVID-19, mediante un cumplimiento más estricto del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (EB146.R10) .
En virtud de esa resolución se insta a la comunidad sanitaria mundial a velar por que todos los países estén mejor equipados para detectar y responder a los casos de COVID-19 y otras enfermedades infecciosas peligrosas.
NOTA PARA LOS EDITORES
La Asamblea Mundial de la Salud (WHA) es el órgano decisorio de la OMS, al que asisten delegaciones de todos los Estados Miembros de la Organización. Las principales funciones de la Asamblea Mundial de la Salud son determinar las políticas de la Organización, designar al Director General, supervisar las políticas financieras y revisar y adoptar el proyecto de presupuesto por programas.
La Asamblea Mundial de la Salud suele celebrarse en mayo. Este año, debido a la pandemia de COVID-19, solo se celebró una Asamblea reducida (de minimis) los días 18 y 19 de mayo. La 73.ª Asamblea Mundial de la Salud se reanudará de manera virtual del 9 al 14 de noviembre de 2020.
Las sesiones abiertas de la Asamblea Mundial de la Salud se transmiten en vivo por internet:
Tras el evento tendrá lugar la reanudación de la 147.ª reunión del Consejo Ejecutivo, el lunes 16 de noviembre de 2020: https://apps.who.int/gb/s/s_eb147.html
