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Preguntas y respuestas sobre la COVID-19 y la ventilación y el aire acondicionado en los establecimientos de salud

29 de julio de 2020

¿Qué está haciendo la OMS en materia de ventilación en el contexto de la COVID-19?

La OMS ha contribuido a la elaboración de orientaciones sobre los sistemas de ventilación y aire acondicionado en el contexto de la COVID-19, que pueden consultarse aquí. Además, la OMS colabora estrechamente con la Organización Meteorológica Mundial mediante la Oficina Conjunta para el Clima y la Salud y con el Organismo Nacional para el Estudio de los Océanos y la Atmósfera (NOAA), de los Estados Unidos, a través de la Global Heat Health Information Network para elaborar y actualizar dichas orientaciones.

Puede obtenerse más información sobre este tema en las orientaciones provisionales de la OMS sobre las estrategias de prevención y control de infecciones durante la atención sanitaria a casos presuntos o confirmados de COVID-19. Dichas orientaciones están destinadas al personal de salud, incluidos los gestores sanitarios y los equipos de prevención y control de infecciones a nivel de centro sanitario, aunque también son pertinentes a escala de distrito, provincial o nacional.


¿Cuáles son los requisitos de ventilación recomendados en los establecimientos de salud?

En los centros de salud se necesitan grandes cantidades de aire puro y limpio del exterior para controlar los contaminantes y los olores. Tres parámetros básicos determinan la ventilación:

  • la tasa de ventilación: la cantidad y la calidad del aire del exterior que se introduce en un recinto;
  • la dirección del flujo de aire: la trayectoria general de la corriente de aire en un edificio y entre distintos espacios, que debe desplazarse de las zonas limpias a las zonas menos limpias; y
  • la distribución del flujo de aire: el aire que debe llegar a cada parte del recinto a fin de aumentar la dilución y eliminación de los productos contaminantes en ese espacio.

En las zonas de los establecimientos de salud donde no se practican procedimientos generadores de aerosoles, se considera que la ventilación adecuada es de 60 litros por segundo y por paciente (l/s/paciente) si existe ventilación natural o de seis renovaciones de aire por hora si se utiliza ventilación mecánica.

En las zonas donde se practican procedimientos generadores de aerosoles, estas son las tasas de ventilación adecuadas:

  • Zonas con ventilación natural: la tasa media de ventilación natural recomendada es de 160 l/s/paciente. Las condiciones climáticas han de ser favorables para que pueda utilizarse la ventilación natural (p. ej. que no haya riesgo de estrés térmico ni de contaminación del aire). El aire contaminado debe expulsarse directamente al exterior, lejos de los conductos de admisión del aire, las áreas clínicas y las personas.
  • Zonas con ventilación mecánica: si se dispone de un sistema de ventilación mecánica, debe establecerse una presión negativa para controlar la dirección del flujo de aire. La tasa de ventilación debe ser de 6-12 renovaciones de aire por hora e idealmente de 12 en los edificios de nueva construcción, con una presión diferencial negativa recomendada de ≥ 2,5 Pa (0,254 mm o 0,01 pulgadas de columna de agua) para asegurarse de que el aire fluya del pasillo a las habitaciones de los pacientes.

El aire del establecimiento o de la habitación del paciente puede expulsarse directamente al exterior, donde los núcleos goticulares se diluirán en el aire, o filtrarse internamente a través de un filtro especial HEPA que elimina la mayor parte (el 99,97%) de los núcleos goticulares (aerosoles) antes de que el aire vuelva a la circulación general. Si no se utiliza un filtro HEPA, el aire debe expulsarse directamente al exterior, lejos de los conductos de admisión del aire, las áreas clínicas y las personas y los animales.


¿Es posible que el uso del aire acondicionado aumente el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en los establecimientos de salud?

Algunos establecimientos sanitarios utilizan sistemas de calefacción, ventilación y aire para mantener la temperatura y la humedad del aire interior a niveles saludables y cómodos para el personal, los pacientes y los visitantes. Los sistemas bien mantenidos y utilizados pueden reducir el riesgo de transmisión en los espacios cerrados, ya que logran que la tasa de renovación de aire sea más elevada, reducen la cantidad de aire reciclado y aumentan el uso del aire exterior.

De forma periódica, es necesario inspeccionar los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, hacer el mantenimiento pertinente y limpiarlos. Es esencial contar con normas rigurosas para la instalación y el mantenimiento de los sistemas de ventilación a fin de garantizar que sean eficaces y contribuyan a crear un entorno seguro en el conjunto del establecimiento.


¿Pueden utilizarse ventiladores en los centros de salud?

En la medida de lo posible, no es conveniente usar de ventiladores de mesa o de pie para hacer circular el aire en los establecimientos de salud, a menos que se utilicen en una habitación individual y únicamente cuando no haya ni visitas ni personal presente. Si es imprescindible utilizar ventiladores de mesa o de pie, deben estar alejados del pasillo y de toda zona de paso, ya que el aire sin filtrar podría exponer al virus de la COVID-19 a las personas que pasan por allí. Además, cuando se utilicen ventiladores, deben abrirse las ventanas para renovar el aire con más frecuencia.

Los ventiladores de techo pueden mejorar la circulación del aire exterior y evitar el estancamiento de bolsas de aire en los espacios ocupados. Aún así, es fundamental que haya una buena ventilación con aire exterior si se utilizan ventiladores de techo. Una forma eficaz de renovar el aire es abrir las ventanas. Sin embargo, deben cerrarse las puertas para evitar que el aire de las habitaciones de los pacientes de COVID-19 se desplace a otras áreas del centro de salud.


¿Qué procedimientos médicos se consideran generadores de aerosoles en los establecimientos de salud?

Algunos procedimientos médicos pueden generar aerosoles infecciosos y se han asociado con un mayor riesgo de transmisión de coronavirus (MERS-CoV, SARS-CoV-1 y SARS-CoV-2). Si bien no existe una lista exhaustiva de los procedimientos generadores de aerosoles, los datos de que se dispone actualmente indican que los siguientes procedimientos pueden generar aerosoles infecciosos:

  • intubación endotraqueal;
  • ventilación no invasiva;
  • traqueotomía;
  • reanimación cardiopulmonar;
  • ventilación manual antes de una intubación;
  • inducción de esputo;
  • broncoscopia;
  • autopsia; y
  • procedimientos odontológicos en los que se utilicen equipos generadores de aerosoles.

Todavía se desconoce si los aerosoles generados en la nebulización o la oxigenoterapia de alto flujo son infecciosos, ya que los datos al respecto siguen siendo limitados.